Un traductor se enfrenta a muchos problemas cuando trabaja, teniendo que tomar en muchas ocasiones decisiones difíciles para hacer que el llamado "texto meta" (texto traducido) sea lo más fiel al significado e intención del "texto origen" (texto original) sin que resulte en expresiones extrañas para los lectores del "texto meta".
Para realizar este cometido correctamente, deben tenerse en cuenta los siguientes factores que intervienen en la traducción (según la clasificación de Ana Rojo en Step by step):
- El contenido, es decir, los hechos. Esto es a lo que Newmark llama "la verdad", los hechos descritos o relatados, confirmados o verificados, que son posibles independientemente de la lengua de origen del texto y las expectativas de la comunidad de lectores. Dichos hechos deben ser reproducidos tal cual por los traductores para evitar repercusiones graves, sobre todo en el plano político o económico, ya que tienen una función muy específica.
- El traductor: en relación con el factor anterior, la labor del traductor es crucial para, precisamente, evitar malentendidos y transmitir exactamente (o casi con exactitud) lo que se quiere decir.
- El escritor: es muy importante tener en cuenta en todo momento las intenciones del autor del "texto origen", así como el estilo en el que manifiesta sus ideas. Pueden surgir problemas, por ejemplo, cuando se trata de un texto humorístico y los elementos que pueden ser graciosos en una cultura, en otra no lo son.
- La comunidad de lectores: es el grupo al que se le tienen que transmitir la intención del autor del texto y a cuyas expectativas debe ajustarse el traductor. Siguiendo el ejemplo anterior sobre el humor, en algunas ocasiones, el traductor puede optar a modificar el contenido para que resulte gracioso en la cultura de los lectores del "texto meta" y, de este modo, aunque no se reproduzca el contenido como tal, se consiga la misma finalidad.
- Normas del "texto origen": en algunos textos, el formato o la estructura gramatical pueden diferir del "texto meta".
- Normas del "texto meta": en el caso de que la estructuras que mencionábamos no coincidan, el traductor debe de realizar los cambios necesarios para que todo resulte natural en la cultura del "texto meta", evitando así una traducción literal. Esta solución también puede aplicarse a los juegos de palabras.
- Cultura del "texto origen": la mención de elementos culturales del texto de origen puede causar muchos problemas al no tenerse un referente claro en la cultura del "texto meta" o que los lectores no dispongan de la información necesaria para entender dichos elementos.
- Cultura del "texto meta": el traductor debe encontrar la manera de que los lectores del "texto meta" tengan acceso a la información necesaria para comprender bien el texto, lo que en muchas ocasiones resulta en información adicional.
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